La Facultad de Derecho y el Centro de Español de la Universidad de los Andes están realizando una consultoría, financiada por la Universidad de Las Américas (UDLA) de Quito, con el fin de que esta entidad educativa sea la primera en su país en contar con el primer Centro de Escritura y Oralidad Jurídica.
Es un proyecto que se viene desarrollando en tres fases, a cargo de las profesoras Betsy Perafán Liévano (planta), Renata Amaya González (cátedra) y el profesor Lucas Correa Montoya (cátedra), junto con la abogada María Paula Valcárcel, analista de proyectos, por parte de la Facultad de Derecho, y por Andrés Bautista Ríos, coordinador de los Cursos E del Centro de Español.
En la primera fase se llevó a cabo un diagnóstico, con el fin de entender cómo funciona la Facultad de Derecho de la UDLA y establecer sus requerimientos en términos de oralidad y escritura jurídica. El ejercicio requirió de análisis documental, grupos focales y una encuesta a todo el equipo profesoral de planta de la Facultad de Derecho, así como de la Facultad de Formación General.
La segunda fase consistió en una serie de capacitaciones, virtuales y presenciales, a las que asistieron más de 40 docentes, en temas relacionados con metodologías activas para el aprendizaje, al igual que formación en escritura y oralidad no solo general sino en Derecho.
Más de dos décadas de experiencia
La Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes lleva más de 20 años trabajando con metodologías activas de enseñanza (como el PBL o el aprendizaje basado en problemas). Desde 1997, incorporó la competencia comunicativa; desde el 2009, habilidades de expresión oral y corporal se trabajan en las clases y, desde el 2012, incorporó el componente de escritura.
“Las habilidades que se relacionan con las competencias comunicativas son fundamentales en el ejercicio profesional del Derecho, pero también en el ejercicio profesional de cualquier disciplina. Esto implica que el estudiante no solo sepa escribir bien en términos gramaticales, sino que tenga una estructura mental que le permita que su escritura y su presentación oral de las ideas sean adecuadas al escenario, al lector o al auditorio particular y cumplan con el propósito comunicativo”, explica la profesora Renata Amaya, directora de Investigaciones Dirigidas.
Agrega, además, que “llevar el conocimiento que nos ha diferenciado en términos de valor, a otras instituciones educativas, es una experiencia de formación que podemos brindarles a terceros y eso nos posiciona como docentes”.
La última fase de la consultoría concluirá con la entrega de la propuesta de construcción del Centro de Escritura y Oralidad Jurídica. El documento incluirá 12 recomendaciones para su creación.
“A través de una metodología de cocreación, construimos las recomendaciones desde nuestra experiencia como profesores -acompañados de tutores del programa de Escritura- y de la de Andrés Bautista (cómo se creó el Centro de Español, cómo fueron capacitados los tutores, cómo es la relación con los profesores)”, explica la profesora Betsy Perafán, experta en lenguaje claro.
Algunas de estas recomendaciones están relacionadas con: la formación de tutores como una comunidad de práctica, la creación -en sus propios términos- de documentos modelo de escritura que puedan apoyar la formación de los estudiantes; por ejemplo, cómo elaborar un problema jurídico, cómo hacer una demanda o cómo hacer un concepto jurídico, y realizar un trabajo de co-teaching, con el fin de hacer enseñanza colegiada entre varios profesores.
Las académicas y expertas en oralidad y escritura jurídica hacen énfasis en que “hay una distancia grande entre el tipo de texto de escritura que se enseña para formar a profesionales y el que se realiza en la vida profesional. Por eso, uno de los propósitos del proyecto es que realmente se enseñe escritura y oralidad para abogados y abogadas”.
Para que el resultado sea el esperado, se necesita de una responsabilidad conjunta de estudiantes, profesores y universidades en ayudar a formar profesionales que tengan mejores competencias comunicativas.
“Este proyecto nos posiciona como expertos y referentes en formación, oralidad y escritura jurídica, así como en formación en lenguaje claro. La Universidad de los Andes está a la vanguardia en propuestas innovadoras, en su interés por que el estudiante sea protagonista de su propio proceso, en realizar un trabajo colaborativo y en compartir nuestras experiencias para hacer una comunidad global”, concluyen.
Esta es una de las iniciativas en las cuales profesoras y profesores de la Facultad de Derecho reciben financiación externa para su desarrollo, con apoyo del Centro de Investigaciones Sociojurídicas (Cijus).