En la relación entre el arbitraje internacional y la corrupción, son más los aspectos por resolver que aquellos resueltos y sobre los cuales existen “consensos” en la doctrina y jurisprudencia arbitrales. La evolución de la relación ha permitido abonar un terreno importante en lo que respecta a los aspectos jurisdiccionales y de arbitrabilidad de estas cuestiones. Sin embargo, otras tensiones como: las presentes en la definición de la corrupción y sus manifestaciones; la divergencia y ambigüedad de la jurisprudencia arbitral; la multiplicidad de instrumentos internacionales que atacan el flagelo, pero de los cuales aún los árbitros no se han apropiado; las disquisiciones sobre la ley aplicable; la falta de definición legal y convencional del régimen probatorio de la corrupción en el proceso arbitral; los múltiples límites que deben cuidar no traspasar los árbitros en su actuación; el forum shopping para el control judicial de los laudos que genera incertidumbre sobre el concepto de “laudo ejecutable” y los pocos instrumentos existentes para combatir la corrupción de los árbitros hacen que haya aún mucho por hacer y que esta sea, por lo tanto, una interesante línea futura de investigación.
Pese al avance logrado, sobre todo en el ámbito europeo, este libro presenta propuestas concretas, en especial para América Latina, con el fin de suavizar las anteriores tensiones, siempre teniendo en mente que el arbitraje internacional debe contribuir a la transparencia e integridad en los negocios internacionales y no convertirse en un cómplice más de la corrupción presente globalmente.