Seguros

La vida es riesgo y nadie está exento. Envejecemos y morimos. Nos enfermamos y nos despiden. Nuestra casa se agrieta, las calles se llenan de huecos, nos demandan por miles de millones. El costo de la educación sube. El banco presta, pero no podemos pagar. El Estado promete salud para millones y nueva infraestructura para miles de vehículos, pero los corruptos roban. Hay guerras, derrames de petróleo, incendios, huracanes y volcanes.

Por suerte, desde hace siglos, la humanidad inventó un antídoto a esos riesgos: los seguros. Un sistema que ha penetrado el mundo al punto de que es verdaderamente difícil levantar la mirada sin verlos. Los carros, los aviones, los edificios, el medioambiente, los trabajos, la comida, los hospitales, las personas, sus relaciones y sus puestos de trabajo están asegurados. Tan relevante es el sistema globalmente que, en la crisis financiera de 2008, el Gobierno de Estados Unidos permitió la bancarrota de algunos bancos, pero rescató a las aseguradoras.

Los abogados son quienes, en últimas, ejecutan el seguro. Deciden si pagar o cobrar un siniestro, analizan reclamaciones y litigan. Por ende, deben entender el lenguaje de las pólizas y saber qué tener en cuenta para analizar siniestro. Con ese conocimiento, un abogado estará en capacidad de cobrar indemnizaciones importantes, de conservar el patrimonio de su cliente y de evitar abusos de personas poco escrupulosas. Este curso, dictado por Arturo Sanabria Gómez, con apoyo de Alberto Gómez Zuleta, especialistas en derecho seguros y dedicados al litigio de seguros, les dará esas herramientas a sus estudiantes.