Durante el foro: Retos y oportunidades de la reforma tributaria para el sector empresarial, realizado por la Cámara de Comercio de Bogotá, la decana de la Facultad de Derecho Uniandes, Eleonora Lozano, destacó como panelista las preocupaciones de la academia frente a la propuesta de reforma planteada por el Gobierno Nacional, que se aprobaría para diciembre de 2022.
Entre estas preocupaciones está el hecho de que la reforma, según indicó la decana, “está muy inclinada hacia la tributación directa y muy poco hacia la tributación indirecta. Es decir, afecta principalmente los ingresos de los colombianos y los empresario y no, por ejemplo, sus gastos o consumos”.
Adicionalmente, durante su intervención en el evento en el que también participaron representantes de la DIAN y del sector empresarial, la decana aseguró que solo con medidas de fondo será posible resolver que en el país se hagan reformas cada 1,7 años.
“Hicimos un análisis de la propuesta de reforma y evidenciamos que nos falta un diálogo, en nuestro contrato social, sobre la tributación indirecta y canalizar el impacto que puede tener la reforma frente a la renta y el patrimonio. La propuesta y el llamado que hacemos es a disminuir la tarifa corporativa, ponerla en niveles promedio de la OCDE y ahí sí pensar en una progresividad de las tarifas de los dividendos para las personas naturales”, destacó la académica.
Como cierre de la sesión a la que asistieron diferentes micro, pequeños, medianos y grandes empresarios del país, la decana Eleonora Lozano advirtió que el elevado costo tributario para las empresas, que plantea la reforma, no solo resta competitividad como país, sino que sigue afectando el bolsillo de los colombianos. “Sin empresa no hay inversión, sin inversión no hay crecimiento y esto llevará a que, finalmente, los costos se vean reflejados en los precios para los consumidores”.
De acuerdo con los datos presentados durante el encuentro, los impuestos sobre la renta en Colombia, con la reforma tributaria tendrían una tarifa combinada del 60,35%, muy por encima de los países de la OCDE y comparable con la de países de condiciones económicas muy diferentes como Canadá, Corea, Noruega o Portugal, entre otros.