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Simón Hernández
Colombia consideró investigar las importaciones de maíz por razón de defensa comercial. Aquí Simón Hernández explica el cómo y el por qué y las posibles implicaciones y consecuencias de una investigación.
En marzo de 2024, Inside Trade reportó la posible apertura de una investigación en la que Colombia evaluaría si las importaciones de maíz provenientes de Estados Unidos, aparentemente subsidiadas, estarían causando un daño a la industria nacional que produce un producto similar. Desde entonces, Colombia ha mostrado una notable actividad en el ámbito de investigaciones de defensa comercial, iniciado investigaciones sobre las importaciones de leche en polvo y de fécula de yuca. Sin embargo, la investigación sobre el maíz de Estados Unidos nunca se inició. El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (MINICT) iniciaría la investigación de acuerdo a las competencias que le han sido otorgadas a Colombia en el Acuerdo sobre Subvenciones y Medidas Compensatorias (Acuerdo SMC) de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y que Colombia ha determinado en el Decreto 653 de 2022.
Vale la pena iniciar destacando la importancia del maíz para la alimentación de una población. Desde una perspectiva agrícola, el maíz es uno de los cultivos más importantes globalmente, adaptándose a diversas condiciones climáticas y suelos. Su alta productividad por hectárea lo convierte en una importante fuente de alimento y sustento económico para varios de agricultores a nivel mundial. Según la FAO, el maíz es fundamental para la provisión de nutrientes tanto para humanos como para animales, desempeñando un papel crucial en la producción agrícola y pecuaria. Desde una perspectiva pecuaria, el maíz es una fuente crucial de alimento para la producción bovina, porcina y aviar. Es utilizado en la elaboración de piensos debido a su alto contenido energético. FENAVI ha resaltado importancia del maíz para lograr una efectiva producción de alimentos para consumo humano, como el pollo, en términos de FENAVI la “producción del sector avícola (…) requirió contar con una oferta de granos, entre maíz amarillo y el complejo de soya, superior a los 6.6 millones de toneladas”.
Dada la importancia estrategia y nutricional del maíz, se presume que existen varias justificaciones por las cuales Colombia decidiría iniciar o no una investigación sobre las importaciones de maíz desde Estados Unidos. Aunque la respuesta exacta es desconocida y sólo los funcionarios del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo podrían proporcionar una explicación detallada, existen indicios que sugieren posibles razones.
Primero, de acuerdo con FENALCE, la “producción de maíz aumentó 76% entre 1961 y 2016, mientras la demanda creció a un ritmo más acelerado que la producción. En 2012, (…) se importó el 74% de la demanda nacional, es decir, 4.6 Mt de las 6.2 Mt que se requieren en el país” (énfasis añadido). FENALCE explicó que “a pesar de su relevancia, Colombia presenta bajos índices de productividad promedio de maíz” (énfasis añadido).
Puesto en términos menos técnicos y más concretos: Colombia depende de las importaciones de maíz para satisfacer la demanda nacional. Es decir, existen razones económicas y de interés público, como la escaza producción nacional y la necesidad de garantizar la disponibilidad del producto, que podrían haber llevado a Colombia a decidir no iniciar la investigación en contra del maíz originario en Estados Unidos.
Segundo, de acuerdo con cifras de la DIAN, las importaciones de maíz originarias en Estados Unidos han disminuido, lo que impidió llegar a una determinación de daño a la industria colombiana.
El Decreto 653 de 2022 dispone que para efectos de determinar el daño causado a la industria doméstica se deberá tener en cuenta “un periodo que comprenda los 3 años anteriores a la presentación de la solicitud de investigación y al año que este en curso”. A continuación, se ofrece un análisis del volumen total, expresado en toneladas, de las importaciones de maíz amarillo duro (importado bajo la sub-partida arancelaria 1005.90.11.00), maíz duro blanco (importado bajo la sub-partida arancelaria 1005.90.12.00), maíz para la siembra (importado bajo la sub-partida arancelaria 1005.10.00.00) y maíz reventón (importado bajo la sub-partida arancelaria 1005.90.20.00).
De acuerdo con la información públicamente disponible de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), las importaciones totales de maíz han disminuido en un 9,07% pasando de 4.225.388 toneladas en 2021 a 3.841.987 toneladas en 2023. Adicionalmente, las importaciones del producto cuyo mayor volumen de importación se registró en el periodo de investigación (maíz duro amarillo), también disminuyeron en un 10,46% pasando de 3.858.60 toneladas en 2021 a 3.455.101 toneladas en 2023.
Este análisis permite concluir que las importaciones de maíz originarias en Estados Unidos han disminuido en un periodo de tres años. Esta reducción en las importaciones dificulta la determinación de un nexo causal entre las importaciones supuestamente subsidiadas y el daño causado a la industria nacional que produce un producto similar. Es decir, resulta difícil probar que concurren los tres factores para la imposición de una medida, es decir: (1) que hay un incremento en importaciones aparentemente subsidiadas; (2) un daño producir a la industria nacional por las importaciones; y (3) un nexo de causalidad entre las importaciones y el daño. Vale la pena anotar que esta lista es acumulativa, por lo que en caso de no concurrir uno de los requisitos, no sería posible aplicar la medida. En consecuencia, existen razones técnicas y legales que podrían haber derivado en la decisión de no iniciar la investigación en contra del maíz originario en Estados Unidos.
Tercero, imponer aranceles adicionales a un producto estratégico, como lo es el maíz, implicaría un riesgo de política comercial internacional para Colombia.
Comprometer su política comercial con Estados Unidos podría resultar implicar un riesgo para Colombia debido a su dependencia económica del mercado estadounidense. Estados Unidos es uno de los principales destinos de las exportaciones colombianas. Las restricciones comerciales y los aranceles resultantes de una investigación de defensa comercial podrían reducir el acceso de la ofertada exportadora de Colombia a este mercado, causando externalidades negativas en industrias colombianas que dependen de las exportaciones a Estados Unidos, como por ejemplo las flores y el café.
Es decir, existen razones políticas, así como de conveniencia y seguridad nacional que pueden haber llevado a Colombia a decidir no iniciar la investigación en contra del maíz originario en Estados Unidos.
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Simón Hernández es abogado de la Universidad del Rosario, con LLM en Comercio Exterior de la Universidad del Barcelona. Práctica en Resolución de Controversias, Comercio Exterior y Biotecnologías.