Respirar. Inhalar. Exhalar. Llenar nuestros pulmones de aire es un ejercicio vital que día a día hacemos de forma automática e inconsciente. Las discusiones sobre material particulado, contaminantes criterio, PM2.5 y otros tecnicismos son propias de expertos, por lo que las conversaciones sobre calidad del aire rara vez se dan en la cotidianidad. Por eso mismo, en esta oportunidad quiero posicionar el tema y su vínculo con el género. Una combinación de temáticas que puedo decir está estudiada de forma parcial en Colombia, pero que no debemos perder de vista en aras de profundizar. En últimas respirar aire fresco es un tema de dignidad y de derechos, así que no está exento de consideraciones que la ecología política feminista puede iluminar.
Recientemente, un estudio sobre calidad del aire publicado por Dejusticia apuntaba a que estamos en mora de comprender mejor el problema ambiental de lo que contiene la atmósfera . ¿Quién mide la calidad del aire que respiramos en las zonas rurales y en las ciudades colombianas? ¿Los datos son confiables? . ¿Cómo podemos estar seguras de que nuestra salud es priorizada desde la gestión pública del aire? Muy importante también: ¿Cómo hombres y mujeres enfrentamos distintamente los efectos de la mala calidad del aire? Como suelo moverme en activismos ecofeministas y de ecología política feminista, creo que hay varios datos clave en esta temática que deben resaltarse. En primer lugar, un artículo científico sobre el tema reconoce que las mujeres expuestas a mala calidad del aire pueden ser más vulnerables a enfermedades cardiovasculares [2]. Ahora, esta información podemos contrastarla con este dato “[e]n Colombia, un país de ingreso medio, pocas ciudades cuentan con sistemas robustos para medir la calidad del aire (principalmente Bogotá y aquellas ubicadas en el Área Metropolitana del Valle de Aburrá), y difícilmente se ha podido identificar monitoreos en zonas rurales” [3].
Adicionalmente, es posible encontrar datos sobre la calidad del aire a la que acceden mujeres trabajadoras (con frecuencias racializadas) por el largo tránsito hacia sus trabajos. Un paper sobre Bogotá analiza las realidades de las trabajadoras domésticas en términos de sus desplazamientos en el trasporte público y los peligros ambientales que enfrentan. Dado que estas mujeres usan el transporte con más frecuencia que hombres, por hasta tres horas de trayecto, las trabajadoras domésticas mujeres están generalmente expuestas a altos niveles de PM 2.5 cuando van al trabajo [4] .
En este sentido, justamente, la ecología política feminista, un campo dedicado a comprender cómo el género da forma al acceso, el control y el conocimiento de hombres y mujeres sobre el medio ambiente, nos invita justamente a dar discusiones como esta. No por nada The Climate and Clean Air Coalition (CCAC) enfatiza la importancia de priorizar o considerar una estrategia de género a la hora de hablar de calidad del aire, pues esta organización señala cómo es clave comunicar lecciones aprendidas e identificar mejores prácticas para avanzar en la igualdad de género, la equidad y el empoderamiento de las mujeres en acciones climáticas y de aire limpio [5] .
Del mismo modo, un artículo sobre epidemiología y calidad del aire apunta a cómo debemos incorporar el enfoque de género en temas de polución atmosférica, sin perder nunca de vista las diferencias a considerar por razones de sexo y género [6] . Recordemos que el género se refiere a roles socialmente adquiridos, mientras que el sexo tiene que ver con diferencias biológicas/físicas, hormonales y corporales. Ambos importan a la hora de hablar de aire tóxico. Algunos de los datos más interesantes de estudios sobre el tema hablan de la exposición, pues por el rol de cuidadoras encargadas del hogar que ocupan las mujeres en varias culturas ellas pueden estar más expuestas a una mala calidad del aire en sus viviendas. Por ejemplo, a causa de estufas que generan contaminación. Concretamente, al cocinar y calentar sus hogares con combustibles como leña y carbón. Es importante mencionar también que en algunos casos citados tanto hombres como mujeres tienen la misma exposición, pero un estudio reciente concluye que las mujeres tienden a ser más vulnerables al Ozono [7].
Para sintetizar, la información que se ha generado sobre acceso a calidad del aire diferenciada por género en Colombia es parcial, pues un informe del 2021 que publicó el IDEAM, si bien distingue mayor vulnerabilidad en niños y ancianos, menciona muy brevemente cómo las mujeres rurales y citadinas pueden padecer más problemas respiratorios y por qué [8]. Afortunadamente, iniciativas como la de Las Marías al Aire, un grupo de mujeres antioqueñas salubristas que creó una página de Instagram sobre calidad el aire, además de otras iniciativas como podcasts y videos, generan conocimiento combinado en la materia [9]. En este Blog intenté resumir los aspectos más importantes de esta problemática, sin olvidar nunca que todo, incluso el aire, puede ser cuestión de género.
[1] Politóloga de la Universidad de los Andes. También egresada de la Maestría en Sociología de la Universidad de los Andes e investigadora y comunicadora en temas de raza, género, cambio climático y ambiente. Activista en iniciativas ecofeministas/antirracistas y miembro activo de La Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA).
[2] Dejusticia, TRANSPARENTE COMO EL AIRE. Ni información, ni calidad, ni derechos, Bogotá D.C.: Dejusticia, 2022.
[3] Transforma Global, «Brújula Sonora Podcast,» Akorde Media, Junio 2021. [En línea]. Available: https://www.spreaker.com/user/transforma/ep-13-lo-que-respiramos-mucho-mas-que-ai. [Último acceso: 11 Abril 2023].
[4] V. Montoya, L. Iguavita y S. López, «Breathing in and out: Domestic workers high exposure to air pollution in Bogot’s public transportation system,» Politics and Space, vol. 0, nº 0, pp. 1-19, 2022.
[5] The Climate and Clean Air Coalition, «GENDER STRATEGY,» 2022.
[6] J. Clougherty, «A Growing Role for Gender Analysis in Air Pollution Epidemiology,» Environmental Health Perspectives, vol. 118, nº 2, pp. 167-176, 2010.
[7] G. Liu, «The Gender-Based Differences in Vulnerability to Ambient Air Pollution and Cerebrovascular Disease Mortality: Evidences Based on 26781 Deaths,» Global Heart, vol. I, nº 15, pp. 1-12, 2020.
[8] IDEAM, «Informe del Estado de la Calidad del Aire en Colombia 2021,» Bogotá D.C., 2021.
[9] LasMaríasAlAire, «https://www.instagram.com/las_mariaire/,» Instagram, 30 Mayo 2020. [En línea]. Available: https://www.instagram.com/las_mariaire/. [Último acceso: 11 Abril 2023].